Inicio Opinion Estafas piramidales mediante captación de ahorros: un delito en auge

Estafas piramidales mediante captación de ahorros: un delito en auge

Por Emmanuel Langone.

“Si ponés plata, en tres meses duplicás el capital. Un 100% en dólares en solo tres meses”. Con este tipo de promesas, muchos personajes logran captar la atención de una presa incrédula y ambiciosa. Internamente, todos saben que ningún mercado puede garantizar semejante rentabilidad sin asumir riesgos significativos, pero, aun así, las imágenes de lujos, relojes caros, autos alquilados o prestados terminan por convencer a muchos de “invertir” y confiar sus ahorros. En algunos casos, esos ahorros representan el trabajo de toda una vida.

Para quienes todavía no comprenden cómo funciona este mecanismo y por qué muchas personas caen en estas trampas, veamos un ejemplo numérico: si “invertís” 100.000 dólares, estas personas te prometen un 10% mensual en dólares. Esto equivale a un 214% anual si se aplica el interés compuesto. Si mantenés esta “inversión” durante cinco años, el retorno prometido alcanzaría el 30.350%. A pesar de que estas cifras son evidentemente inverosímiles, muchas personas optan por confiar en estos esquemas fraudulentos.

En estos hechos delictivos se combinan el dolo —la mala intención— de los estafadores y el descuido de las víctimas. Los autores actúan con dolo directo, es decir, de manera intencional, sabiendo que están presentando una realidad distorsionada. Desde el principio, son conscientes de que su “empresa” o “negocio” está destinado a fracasar, ya que, por su arquitectura y configuración, corresponde a una estafa piramidal. En estos esquemas, los ingresos no sustentan los beneficios prometidos y dependen exclusivamente de la captación de nuevos clientes, lo que conduce inevitablemente a un colapso.

Los “cuentos de hadas” que prometen ganancias rápidas y exorbitantes suelen esconder timos que, una vez descubiertos, convierten la recuperación de los ahorros de toda la vida en una verdadera odisea

En este tipo de delitos de guante blanco, es común que los imputados argumenten que no actuaron de mala fe, que los negocios simplemente fallaron, que se trató de un incumplimiento contractual o que las víctimas tienen parte de la culpa.

Sin embargo, la Cámara Federal de Casación Penal ha sido clara al respecto. Ha señalado que prácticamente toda estafa presupone un descuido de la víctima, lo que facilita el éxito del engaño. Pero esto no significa que la culpa de la víctima deba eximir de responsabilidad al estafador. Pretender que la negligencia de la víctima justifique el accionar delictivo implicaría distorsionar la norma, volviéndola ineficaz.

Por todo esto, es fundamental confiar únicamente en entidades financieras registradas y con años de trayectoria.

Los “cuentos de hadas” que prometen ganancias rápidas y exorbitantes suelen esconder timos que, una vez descubiertos, convierten la recuperación de los ahorros de toda la vida en una verdadera odisea. Y créanme, es un camino que nadie quisiera recorrer.


Emmanuel Langone es abogado especialista en indemnizaciones y defensas penales. Tiene su estudio en Tucumán 19, Chivilcoy. Contacto 2346-525751