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Cómo elegir zapatillas con mejor agarre y estabilidad

Elegir las zapatillas adecuadas es fundamental para mejorar el rendimiento, la comodidad y la salud de nuestros pies al correr o realizar actividad física. En el mercado actual, existen diversas opciones que se adaptan a diferentes tipos de terrenos, pisadas y necesidades específicas de cada corredor.

Si bien las características más populares a la hora de elegir calzado suelen centrarse en la amortiguación, el ajuste o la transpirabilidad, un aspecto clave que a menudo se pasa por alto es el agarre y la estabilidad. Estos dos factores son fundamentales no solo para la prevención de lesiones, sino también para obtener el mejor rendimiento durante el entrenamiento o la competición. 

Anatomía de la zapatilla ideal

Al elegir zapatillas con un buen agarre y estabilidad, como las zapatillas Tiburón,  es esencial comprender primero los componentes que conforman una zapatilla ideal. Las principales características para considerar son el ajuste, la amortiguación, la transpirabilidad y la durabilidad. Estos aspectos afectan tanto el confort como el rendimiento del corredor, y su relación con la estabilidad y el agarre es crucial.

  • Ajuste: un buen ajuste es la base de la comodidad en cualquier tipo de calzado deportivo. Las zapatillas deben adaptarse a la forma de tu pie, brindando soporte sin apretar demasiado, lo que podría generar puntos de presión y lesiones. La parte superior debe ser flexible y estar hecha de materiales que permitan la transpirabilidad, ayudando a que el pie respire y se mantenga seco, lo que también contribuye a una mayor estabilidad.
  • Amortiguación: la amortiguación es un aspecto clave que influye en la estabilidad y el agarre. Las zapatillas con una buena amortiguación ayudan a absorber el impacto del pie al aterrizar, reduciendo el estrés sobre las articulaciones y los ligamentos. Sin embargo, también es importante no caer en el error de buscar demasiado acolchado, ya que un exceso de amortiguación puede restar estabilidad, especialmente en terrenos irregulares.
  • Transpirabilidad: la transpirabilidad es otro factor fundamental, especialmente en climas cálidos o durante sesiones largas de entrenamiento. Las zapatillas con una malla superior de alta calidad permiten que el aire fluya libremente, manteniendo el pie seco y cómodo. Esto no solo previene la formación de ampollas, sino que también ayuda a mantener un buen nivel de estabilidad, ya que un pie seco es menos propenso a deslizarse dentro de la zapatilla.
  • Durabilidad: las zapatillas deben ser lo suficientemente resistentes para soportar el desgaste de los entrenamientos regulares y las diversas superficies sobre las que te ejercites. Los materiales de la suela, como el caucho o el carbono, son fundamentales para garantizar la longevidad del agarre y la estabilidad. Las suelas de alta calidad proporcionan una tracción confiable, esencial para correr sobre superficies húmedas o resbaladizas.

En 2025, los modelos más avanzados de zapatillas de running están diseñados específicamente para adaptarse a las necesidades de los corredores. Marcas como Nike, Asics y New Balance ofrecen modelos con tecnologías de amortiguación avanzadas, suelas de tracción mejoradas y materiales ligeros que garantizan tanto comodidad como estabilidad. Sin embargo, no todas las zapatillas son iguales, y tu elección dependerá del tipo de terreno y de tu pisada.

Claves para un buen apoyo

La estabilidad es una de las características más importantes a considerar cuando se elige un par de zapatillas para correr, especialmente si se tiene una pisada pronadora o sobre pronadora. La sobre pronación se refiere a cuando el pie gira hacia adentro al aterrizar durante la carrera, lo que puede generar un desgaste desigual en las zapatillas y aumentar el riesgo de lesiones, como esguinces o problemas en las rodillas.

Existen zapatillas específicas de estabilidad diseñadas para corregir este tipo de pisada, proporcionando un apoyo adicional en la zona del arco y el talón. Este tipo de calzado está pensado para ayudar a mantener el pie en una posición neutral y evitar que se desplace hacia adentro, lo cual es crucial para prevenir lesiones y mejorar el rendimiento.

Para evaluar la eficacia de las zapatillas de estabilidad, se utilizan pruebas tanto en laboratorios como en condiciones reales de carrera. Las marcas de calzado deportivo suelen someter a sus modelos a pruebas de pisada y estabilidad, empleando tecnologías avanzadas como el análisis de presiones y la medición de la flexión del pie. Esto permite desarrollar modelos que ofrecen el soporte necesario sin comprometer la comodidad o el rendimiento.

Si eres un corredor con sobrepronación moderada o severa, algunas de las mejores opciones del mercado incluyen  las zapatillas Tiburón, que ofrecen una excelente combinación de soporte y ligereza. Este modelo ha sido diseñado específicamente para mantener el pie en una posición estable, lo que contribuye a un mejor agarre y un mayor control sobre la zancada. Además, las zapatillas de estabilidad suelen incorporar tecnologías de amortiguación específicas para reducir el impacto y garantizar una mayor comodidad durante las largas distancias.

Modelos como el Brooks Adrenaline GTS y el Asics Gel-Kayano también se destacan por su capacidad para corregir la sobrepronación sin sacrificar el confort. Estos modelos son conocidos por su equilibrio entre estabilidad, ligereza y tracción, lo que los convierte en una excelente opción para corredores que necesitan un soporte adicional sin renunciar a una buena respuesta bajo el pie.

Consejos prácticos para la selección y mantenimiento de zapatillas

A la hora de elegir tus zapatillas ideales con el mejor agarre y estabilidad, es importante considerar ciertos aspectos prácticos que pueden hacer una gran diferencia en tu experiencia de uso. Te compartimos algunos consejos útiles:

  1. Evaluar el tipo de pisada: para determinar qué tipo de zapatillas son las más adecuadas para ti, es fundamental conocer tu tipo de pisada. Puedes hacerlo mediante una prueba de pisada en una tienda especializada o visitando un podólogo. Esto te ayudará a identificar si eres pronador, supinador o neutro, lo que influirá directamente en la elección de las zapatillas.
  2. Elige en función de la superficie: las zapatillas deben adaptarse al tipo de terreno sobre el que corras. Si entrenas principalmente en superficies duras como asfalto, lo ideal es elegir zapatillas con un buen sistema de amortiguación y una suela de goma duradera que proporciona una tracción adecuada. Si corres sobre terrenos más irregulares, como senderos o caminos de tierra, las zapatillas con tacos más profundos en la suela serán las más adecuadas para evitar resbalones y garantizar una mayor estabilidad.
  3. No te fíes solo de la amortiguación: si bien la amortiguación es importante para el confort, no debes priorizar en exceso si compromete la estabilidad. Algunas zapatillas con una excesiva amortiguación pueden ser inestables en terrenos irregulares, lo que aumenta el riesgo de lesiones. Busca un equilibrio entre amortiguación y estabilidad.
  4. Considera tu peso y kilometraje: el peso del corredor influye en la elección de la zapatilla adecuada. Los corredores más pesados suelen beneficiarse de modelos con mayor soporte y amortiguación, mientras que los corredores ligeros pueden optar por zapatillas más livianas. Además, si corres largas distancias, las zapatillas con mayor durabilidad y resistencia al desgaste serán esenciales.
  5. Reemplaza las zapatillas con regularidad: las zapatillas de running tienen una vida útil limitada, especialmente si se utilizan de manera intensiva. Si corres regularmente, es recomendable cambiar de zapatillas cada 500 a 800 kilómetros para garantizar que el agarre y la estabilidad no se vean comprometidos. La falta de tracción y soporte adecuado puede resultar en lesiones a largo plazo.