Dos lobos marinos juveniles de la especie de Dos Pelos Sudamericano (Arctocephalus australis) regresaron al mar durante la mañana de este miércoles 12 de abril en las playas de San Clemente luego de atravesar un proceso de rehabilitación de 11 días en la Fundación Mundo Marino. Ambos animales fueron rescatados durante la tarde del sábado 1 de abril pero, mientras uno de ellos apareció en la localidad de Nueva Atlantis, el otro apareció en Mar de Ajó.
Aunque resulta normal que esta especie salga a la playa a descansar o a mudar su pelaje, la gran cantidad de turistas que había en aquel momento hizo que ambos animales no pasen desapercibidos.
“Los turistas, sin mala voluntad, se acercan. Algunos hasta intentan tocarlos o darles de comer, desconociendo que estos animales pueden transmitir enfermedades zoonóticas o incluso atacar a las personas al interpretar el acercamiento indebido como una amenaza. Los animales están sanos e incluso cuando nos acercamos para examinarlos observamos una muy buena actitud. Sin embargo, los turistas insisten en que retiremos al animal de la playa porque interpretan que están enfermos. Ni hablar cuando son atacados por las mascotas que llevan los turistas, especialmente perros sin correa”, explicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.
Ante la presencia de los animales, la gran concurrencia de turistas en la playa hizo necesario que fueran rescatados para trasladarlos a una playa más tranquila y evitar que fueran molestados por personas y mascotas.
Frente a ese contexto, según indica el protocolo del centro de rescate, se suele realizar una maniobra de “relocalización”. Es decir, se traslada al animal a otro sector sin presencia de personas para que pueda seguir descansando sin que sea molestado. En el caso de estos dos lobos marinos, el contacto se generó avanzada la tarde del sábado 1 de abril por lo que se decidió llevarlos a la Fundación Mundo Marino para, al día siguiente, trasladarlos a las playas de Punta Rasa, donde la presencia de visitantes es mucho menor.
“Al día siguiente a su ingreso observamos que ambos tenían un cuadro diarreico con cierto decaimiento, ante lo cual decidimos suspender la relocalización y aplicar un tratamiento para revertir esos cuadros. Si bien no siempre ocurre, también la misma maniobra del traslado puede, en algunos casos, generar un gran estrés que dispare este tipo de cuadros. Además detectamos que se encontraban en pleno proceso de muda de su pelaje.», explicó Bianca Mancini, médica veterinaria del Parque Educativo Mundo Marino y de la Fundación Mundo Marino.
Por otra parte, Mancini agregó: “Como parte del protocolo de ingreso también les tomamos una muestra de sangre. Puntualmente en el caso del lobo rescatado en Mar de Ajó, detectamos un moderado aumento de glóbulos blancos compatible con un cuadro infeccioso que tuvo que ser tratado con antibióticos. En ambos casos se revirtió el cuadro diarreico y, transcurridos unos días, se les tomó una segunda muestra de sangre. Afortunadamente, arrojó parámetros sanguíneos normales. Junto a una evolución positiva y a que mostraban una buena actitud les dimos el alta para ser reinsertados”.
Acerca del Arctocephalus australis
Como sucede en el caso de otras especies de pinnípedos, esta especie es polígama y paren una cría al año. Pertenece a la familia de los otáridos y se diferencian de los fócidos (focas), por poseer pabellón auricular detrás de sus ojos y por utilizar sus aletas posteriores para la locomoción (las focas, en cambio, reptan con el vientre). La distribución del Lobo de Dos Pelos es amplia y va desde la Isla de Marco, en Uruguay, hasta la Isla Mayorca, en Perú. Existen grandes agrupaciones de esta especie en islas uruguayas como son la Isla de Lobos, Islas de Torres, e Islas de Castillo Grande, en el norte del Estuario del Río de la Plata. Su nombre se debe a que poseen 2 capas de pelo: una interna, impermeable que mantiene la piel seca, y otra externa, que cubre a la primera y otorga el color al animal. Los machos alcanzan una longitud cercana a los 2 metros y un peso de 150 kilogramos, en tanto que las hembras llegan a medir 1,40 metros y pesar hasta 60 kilogramos.
Respecto a la alimentación esta especie se alimenta de langostinos, camarones, calamares y distintos tipos de peces.