En un acto de fe y determinación, Maximiliano Pavillaux, un niño argentino de 11 años, desafió las adversidades climáticas al caminar 11 kilómetros en el barro para recibir el sacramento de la Confirmación. La historia, que comenzó como un desafío logístico para su familia, pronto capturó la atención del Papa Francisco.
Desde la zona rural de Suipacha, Maximiliano se preparó diligentemente para su Confirmación, superando las dificultades de estudiar a distancia con la ayuda de su catequista, Eva. Sin embargo, la víspera de la ceremonia trajo consigo una intensa lluvia, lo que presentó un desafío significativo para la familia Pavillaux, cuyos vehículos no podían atravesar el terreno embarrado.
Ante esta situación, la familia consideró una opción aparentemente impensable: caminar 11 kilómetros. Para sorpresa de sus padres, Maximiliano aceptó el desafío sin dudar.
«Las botas se hundían en el barro, nos deslizábamos», recordó Maximiliano, mientras él y sus padres se abrían paso hacia la parroquia Nuestra Señora del Rosario. A pesar de las condiciones adversas, llegaron a tiempo para la ceremonia, donde su catequista, Eva, lo recibió emocionada.
La familia consideró una opción aparentemente impensable: caminar 11 kilómetros. Para sorpresa de sus padres, Maximiliano aceptó el desafío sin dudar.
Durante la misa, el sacerdote elogió la valentía de Maximiliano, transformando su travesía en un ejemplo inspirador para la comunidad. La historia no tardó en llegar a oídos del Papa Francisco, quien, conmovido por la determinación del niño, envió su bendición apostólica y un regalo desde Roma.
La madre de Maximiliano expresó su alivio después de la ceremonia, revelando que estuvo «en el aire» toda la semana.
La historia de este valiente niño que desafió la adversidad para recibir un sacramento ha tocado corazones, recordando la fuerza de la fe y la inspiración en medio de las dificultades.
