Con la llegada de los primeros calores, el puesto de flores de la calle 18 y 29 se renueva. Pablo Ventosa, un florista que se ha convertido en un personaje «de la esquina del Vea», ha decidido trasladar su negocio a unos pocos metros de su ubicación original, ocupando el espacio del antiguo kiosco de Diarios y Revistas que lleva seis años cerrado. A sus 57 años, Ventosa busca mejorar su espacio de venta y sigue apostando al rubro que lo apasiona desde hace 30 años.
«A la gente le gusta, le gusta una cartelería», expresa Ventosa con una sonrisa, mientras se instala en su nuevo puesto. El cambio, según él, ha sido bien recibido por los vecinos y la gente que pasa por la zona del supermercado.
«El que no me quería era (el ex intendente Julio) Gioscio en esta esquina, pero bueno, Gioscio desapareció y yo sigo acá»
Su trabajo se basa en la autenticidad de sus productos, como se evidencia en un ramo de fresias recién llegadas. «Son fresias verdaderas, no son artificiales», asegura, señalando a las abejas que las rondan, una prueba irrefutable de la frescura de su mercadería.
El oficio de florista de Pablo Ventosa nació en la capital. «Porque me gustaba. Antes cuando vivía en Capital iba al mercado de la flor y estaba lindo», confiesa. Su vocación lo llevó a trabajar en San Telmo y, al mudarse a Mercedes, continuó en la misma esquina que hoy lo ve expandirse.
El florista, que atiende de corrido de 8:30 a 18:30 horas, se ha convertido en un rostro conocido para los mercedinos, incluso para personalidades políticas de la ciudad. Con el humor que lo caracteriza, recuerda una curiosa anécdota de su pasado: «El que no me quería era (el ex intendente Julio) Gioscio en esta esquina, pero bueno, Gioscio desapareció y yo sigo acá». Sin embargo, su clientela trascendía el ámbito político: «Su esposa Olga sí me compraba flores», revela.
Con nueve hijos, la vida de Pablo Ventosa es una «nota aparte», como él mismo bromea. Sus hijos son: Pablo, Matías, Diego, Gonzalo, Milagro, Nicolás, Sergio, Brian y Morena. «Tengo nueve hijos», dice con orgullo, una confesión que revela la dimensión personal detrás del hombre que ha hecho de las flores su modo de vida.
Precios y secretos para el cuidado de las flores
De cara a la primavera, la temporada alta de su rubro, Ventosa ofrece una variada oferta de flores y precios. El ramo de fresias cuesta $3.000, el ramo de San Vicente Astromelia $4.000, las rosas se venden a $3.000 cada una, los narcisos a $2.000 el ramo y la docena de claveles a $8.000. También tiene liliums, que vende tanto cerrados como abiertos, y que tienen un valor de $3.000 por vara.
Ventosa, además, compartió un consejo valioso para quienes compran flores: «Si vos le ponés agua fría, el agua fría es lo mejor que hay para la flor». Aconsejó cambiar el agua cada dos o tres días para prolongar la vida de las flores. Para quienes quieran contactarlo, su método es simple y directo: «Que vengan», dice. No tiene redes sociales, ya que considera que «es mejor ir y mirar lo que tenés», en avenida 29 esquina 18.