Vivimos en la era digital y la aprovechamos. Tenemos las redes sociales para expresar lo que queramos y le damos uso. Tenemos la posibilidad de comunicarnos en el instante con cualquier parte del mundo y lo hacemos. Tenemos la facilidad de informarnos –y desinformarnos– por infinidad de fuentes, y lo llevamos a cabo.
Pero también tenemos aerosoles y pinturas, y allá vamos…
Junto a las herramientas del siglo XXI, las pintadas y los grafitis siguen siendo un termómetro de la época.
Desde el vandalismo hasta el arte urbano. Todo junto y conviviendo: aerosoles espontáneos y anónimos con capacidad de síntesis para expresar un pensamiento político –Macri gato, Fuera FMI, o Korruptos–, frases algo más profundas que interpelan –en la 19 entre 20 y 18 se lee “si nacimos libres, ¿por qué hemos de morir esclavizados?”–, otras con una cuota de humor –sea por la inscripción o por el lugar elegido– como “Macri, pagame la luz” escrita en Eden, y también, bajo el mismo cielo, obras de arte con estilo definido y firma de autor, como las de Tano Verón.
El Tano –Luciano– Verón es diseñador gráfico y artista callejero. Así se define. Eso es lo que hace. Pero también es influencer con más de 75 mil seguidores en Instagram y más de 10 mil en Facebook.
—Yo empecé con afiches a hacer pegatinas, afiches impresos artesanalmente –recuerda el Tano–. Era una forma de expresarme en la calle, quería saber cómo impactaba en la gente. Que algo mío pudiera formar parte de la ciudad, un aporte como parte de un museo al aire libre.
En una entrevista hecha en el 2016 para el sitio loqueva.com, el Tano Verón se refirió a sus orígenes como artista: “Yo soy diseñador gráfico y amante de las tipografías, pero como artista callejero, me sentí muy identificado con el “letter press” ya que data del año 1500 y es de las técnicas más antiguas, tradicionales y artesanales que existen y me pareció la mejor manera de meterme en este mundo, desde sus raíces. Además, este medio, te brinda la posibilidad de producir afiches en cantidades, de una misma tirada por mensaje. De esa forma tenés más posibilidades de tener más material para poder propagar el mensaje por más lugares”.
—¿Cómo surgen las frases?
—Yo pienso un concepto, por ejemplo la empatía. Y a partir de ahí empiezo a escribir todo lo que se me ocurre sobre eso, lo voy trabajando. Después intento resumir eso en tres palabras. La clave es la repetición. Yo tengo veinte frases por ahora y repito siempre las mismas. Les voy cambiando el fondo, los colores, pero repito las frases y el estilo. La ciudad lo tiene que digerir, lo tiene que absorber.
—Son frases optimistas pero de un modo imperativo. ¿Creés que de ese modo genera más efecto?
—Son afirmaciones pero uso la polisemia. Por ejemplo “salte sin red”. Bueno, que cada uno que piense cuál es su red, si hay una red o no. Y uso el usted para alivianar ese imperativo, como para mostrar más respeto. Me parece que queda bien.
El término graffiti viene del italiano graffito, nombre que se le daba a las inscripciones satíricas hechas en espacios públicos durante el Imperio Romano. Hoy, los grafitis y los murales pueden tomarse como un modo de protesta, una voz callada por los medios, una forma de patalear contra el sistema y, por tanto, ilegal y delictivo, o bien pueden estar subvencionados a fines publicitarios o propagandístico.
Ejemplos de murales trabajados y partidarios tenemos en la esquina de la 26 y 29, donde conviven en paz un conglomerado de expresiones políticas: una imagen de Santiago Maldonado, un mural sobre el día de la lealtad peronista, una pintura de las Islas Malvinas con la inscripción “ningún suelo más querido”, otra de “salvemos las dos vidas” junto a “aborto legal y seguro”. O bien en la esquina de 24 y 19 donde se lee “El conocimiento nos hace libres para construir memoria, buscar la verdad y reclamar justicia”. También, y en la misma línea, en la esquina de la 12 y 21 –frente a la iglesia San Patricio– hay un reconocimiento a los sacerdotes palotinos asesinados el 4 de julio de 1976. Vemos la imagen de cada uno de ellos junto a la frase “juntos vivieron y juntos murieron”.
El trabajo del Tano Verón se ve en varios lugares. Inscripciones con tipografía letter press y un fondo que va alternando colores pero siempre respetando una estética similar a los afiches de época. En la 40 y 19, por ejemplo, su marca se impone con un lapidario “queda terminantemente prohibido ser tibio”. Tanto en la 19 y 30, como en la 31 entre 40 y 42 el Tano nos dice “ama lo que haces” y en la 15 y 102 nos indica “sea feliz, no joda al prójimo”, frase que repite en 24 y 35.
—En Mercedes busqué yo los lugares para pintar. Les pregunté a los vecinos, averigüé, les dije que era una intervención artística, que no era partidario aunque sí es político y así me dejaron. Ahora ya me conocen. Si quiero pintar en Mercedes pregunto por Instagram y me responden dónde puedo pintar.
—¿En qué momento dejaste los afiches para empezar a pintar?
—Hace cuatro años más o menos que ya pinto directamente. Fue un desafío porque es diferente. Cada lugar es distinto por el tamaño o la altura de la pared. Además no es lo mismo pintar en un cordón que en una pared con relieve, o en la calle misma. Y yo me preocupo mucho por la tipografía. Tiene que salir bien, sino queda como muy amateur. De todas formas yo sigo saliendo de pegatina o a pintar sin autorización. Esa parte amateur no la dejo. A veces me contratan de otros países y me pagan todo para ir a pintar a una determinada ciudad y yo igual después salgo a la noche con artistas locales a pintar o a pegar. Esa parte me sigue gustando.
—¿Te pasó alguna vez que te descubriera la policía o alguien?
—Hace poco estaba pintando una senda peatonal. En cada raya ponía una palabra. La frase era “improvise, todos los caminos son correctos”. Estaba bueno porque también le iba poniendo unas manos que yo uso indicando distintas direcciones. La gente se quedaba mirando, le copaba. En eso se acercó un policía y me preguntó qué estaba haciendo. Le dije que era una intervención artística. El me decía que estaba bueno pero que no se podía. A él le gustaba lo que estaba haciendo pero bueno, no me podía dejar, era entendible. Ese fue un momento incómodo pero no pasó nada. Yo ya había terminado y le decía que de todos modos la pintura en la calle dura poco, que entre los pasos de la gente, lo autos y la lluvia, se borra rápido. Igual yo siempre firmo lo que hago, desde el primer afiche. Me hago cargo. No tengo esa protección del anonimato del que pinta ‘Macri gato’ y listo. Por eso también me fijo bien dónde pintar: una casa abandonada, una pared de un baldío o donde ya haya publicidad. Me fijo de no tapar a otro artista, ese código lo aprendí.
Es una lástima que sean pocos quienes firman sus trabajos, pienso. En la 42 y 21 hay un ojo aumentado por una lupa con la inscripción «bajo mi visera guardo la semilla de un mundo nuevo». La pintura logra perturbarme y tengo que buscar para ver la firma «Rodrigo». Pero, en todo caso, es otra excepción a la regla. Hay tantos otros murales tan bien hechos –y tan anónimos– que debieran tener autores.
Llamo a Lucía Capaccio, la directora de Cultura de la Municipalidad. Tal vez haya artistas contratados por el municipio. Quizás pueda ponerle nombre a tantas pinturas que tengo en mi cabeza.
—Nosotros no contratamos a ningún artista. Las pinturas que ves en las calles son iniciativa de ellos mismos que les han pedido las paredes a los dueños. En el caso de los murales de la 26 y 29, sí se han acercado los distintos grupos al municipio para pedir autorización, y nosotros se las hemos dado a todos. No podemos decir este sí o este no. Les damos la libertad. Pero es verdad que el trabajo de ellos embellece la ciudad, y por eso pensamos en hacer en noviembre el camino de los murales.
—¿En qué va a consistir esa actividad?
—Va a haber veinte artistas que ya eligieron veinte paredes para pintar. Algunas de las paredes están en calle 17 y 4, 17 y 6, 42 y 33. Hicimos un listado de paredes disponibles y después ellos, los artistas, fueron agregando otras de vecinos a quienes consultaron y se coparon con la idea.
—Qué bueno. Es una manera de visualizar lo que hacen, que la gente los conozca
—Sí. Jimena Rivas, Rodrigo Farías y Jorge Blanco son los artistas que tomaron la iniciativa. Pablo Russo, Luciana Aguiar, Anabel Piñeiro, entre otros muchos, son algunos de los nombres. Sí querés después te paso el listado completo. En un par de semanas vamos a estar haciendo el anuncio.
—¿Los artistas eligen qué hacer o hay algunas condiciones a respetar?
—Una de las condiciones que pusimos, la principal diría, es que los mensajes sean positivos, libres pero no partidarios para no generar conflictos. Mensajes positivos que sumen a la comunidad.
Si originariamente asociamos esta expresión artística como partidaria, provocadora o contestataria, es significativo el hecho de que esta vez, en Mercedes, el municipio se haga eco proponiendo una actividad que se aleje de ese fin. ¿Será que ya estamos hartos de vivir con la guardia alta, de plantar banderas a cada paso y de estar dispuestos a dar batalla en cada esquina? ¿Será que por eso, quizás, el Tano Verón se ha destacado tanto proponiendo algo distinto a la tónica de los tiempos que vivimos?
—Tano, ¿Cuál de tus frases te sirve más en tu vida?
—A veces, cuando estoy enquilombado con muchas cosas, la que más me sirve es la de “Siga su corazón, es el mejor GPS”. Pero la que más me gusta es la del universo. Esa resume un montón de cosas.