Llegamos a este domingo 7 de abril y damos inicio como todos los domingos –parece una redundancia– a una nueva semana. Pero esta no es una semana cualquiera. Son semanas que nos van aproximando a la celebración mayor de todo nuestro calendario cristiano. A esta semana que comenzamos hoy domingo se la llama Domingo de Pasión, que va a culminar con el sábado próximo, donde habremos recorrido estos 7 días con una espiritualidad particular, para dar paso luego al Domingo de Ramos y la Semana Santa a lo cual vamos a referirnos el próximo domingo.
¿Qué estamos invitados a la recibir en cuanto semilla de vida? Es un preparar la tierra. Así como cuando vamos a sembrar algo, desde una gran plantación hasta en el fondo de casa en un cuadradito de uno por uno las semillitas de perejil, de alguna hierba o de lo que fuese, necesitamos preparar la tierra. Es decir con un escardillo, con una pala, con algo, moverla para que se ventile, para que se airee, que respire, echarle un poco de agua, y eso hace preparar la tierra, para que al otro día podamos depositar la semilla. Eso es lo mismo que acontece con nuestra vida interior, con nuestro corazón.
Esta semana que damos inicio hoy es un comenzar a preparar la tierra. Han pasado todos estos 40 días de desierto cuaresmal, empezamos esta última semana donde el corazón se comienza a aligerar de modo particular. Es terminar de remover la tierra, de remover escombros, de sacar eso que no es de Dios, para que precisamente lo que vamos a vivir durante toda la semana que viene y la semana mayor sea realmente de Dios.
Que nos animemos a mirar nuestro corazón, a remover lo que hay que remover, a regar lo que hay que regar, a comenzar a preparar esta tierra nuestra, para recibir la buena semilla, la verdadera semilla de vida, que es Cristo y viene a traer vida, y vida en abundancia.
La Virgen Santísima de Luján te bendiga. Buen domingo
