Finalizando el domingo y promediando el fin de semana, comienza otro ritual que es la preparación del inmediato inicio de la semana. Y cada uno a lo suyo. Que el trabajo, que la escuela, que las tareas de la casa, pero cada uno a su ocupación.
Hay una gran verdad cuando se dice que el trabajo es un ordenador. Es un ordenador social porque cuando se tiene una ocupación, sea esta el trabajo propiamente dicho, sean los quehaceres domésticos que son ocupaciones que demandan la disciplina, sea el estudio que es otra ocupación y que demanda también su tiempo, nos ordena el día.
Sabemos a qué hora comienza la jornada, a qué hora va promediando, cuándo es el descanso, cuándo se reinicia. Y así sucesivamente mechándola con otras actividades que hacen a nuestra vida en comunidad, a nuestra vida social, a nuestra vida familiar.
Qué bueno es, promediando el fin de semana, el domingo y dando inicio a una nueva semana, darnos este tiempito para evaluar cómo ha sido el finde y programar lo que vamos a vivir a lo largo de toda la semana. Que el sábado y el domingo no haya sido un amontonamiento de más actividades, para tener que descansar del fin de semana, sino que realmente el fin de semana haya sido un espacio de encuentro, de tranquilidad, de serenidad, con lugar para hacer algo distinto de lo que se hace a lo largo de los días hábiles e iniciar la semana, una más, con renovado espíritu.
Que de esta manera vivamos esta semana, también especial porque se acerca la semana mayor de los cristianos, y que sea una semana más para ir al encuentro de los demás.
La Virgen santísima de Luján te bendiga.