Inicio Semillas de vida Todo pasa por el amor

Todo pasa por el amor

En el ámbito de la Última Cena, que es adonde volvemos en este quinto domingo de la Pascua, es donde otra vez Jesús vuelve a insistir. Y esto es algo así como cuando alguien se va de viaje: da las últimas recomendaciones a la familia, como no olvidarse de cerrar las puertas al salir y otras recomendaciones que se dan cuando vamos a ausentarnos por un tiempo.

De la misma manera, Jesús, sabiendo que por un tiempo no nos va a ver, antes de enviarnos al Paráclito y antes de ascender, en estos encuentros se va despidiendo, y va dejando en claro lo que deben hacer los discípulos.

Volvemos a la Última Cena pero no repasamos el lavatorio de los pies, ni la limosna, ni la atención de los enfermos. Dice ámense como yo los he amado. Todo lo que vayamos a hacer se resume en este mandamiento que sirve a modo de repaso de todo lo que los discípulos han visto.

Es importante además un detalle. Dice el Evangelio que cuando Judas se había ido y ya el mal estaba en él… O sea que Jesús se queda realmente con los once. El mandamiento del amor es para los once, es algo muy grande y lo va a escuchar aquel que esté con ánimo, con ánimus, de recibirlo y bajarlo a la práctica.

Dejando este mandamiento Jesús puede decir lo que va a decir en la Cruz: consumatum est, todo se ha cumplido.

Que tengamos oído atento para escuchar del Maestro el mandamiento. Y las manos prestas, como los pies, el hombro y el oído, para poner manos a la obra en lo que El nos ha indicado. Y que en esto, como siempre, Maria, Madre de la Iglesia, nos acompañe.