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La Fe nos salva

Seguimos caminando junto a Jesús y nos encontramos el Evangelio de Mateo, capítulo 9 versículos 18 al 26, donde literalmente Jesús sigue rumbo a la ciudad santa de Jerusalén y en ese andar va pasando por distintas ciudades.

Así van aconteciendo diversas situaciones que le sirven para en muchos casos suscitar la Fe, esta Fe que salva, como el caso de esta mujer que sufría de hemorragias y que le toca los flecos del manto, pensando que con solo tocarlo quedaría sanada y de hecho la salva no el hecho de tocar los flecos del manto sino la Fe que tiene. Como la fe que tiene este hombre al que rescata Jesús de la multitud y lo trae a ver a su hija que estaba enferma y le avisa que había muerto: pero dice el Evangelio, El la tomó de la mano y ella se levantó.

Actitudes como la de tocar el manto de Jesús, pedirle que venga a visitar a esta enferma y esta resucita, son gestos de Fe. La Fe salva. La Fe es creer aquello que no vemos. Para creer en lo que vemos, que ya es una evidencia, no nos hace falta la Fe. La Fe es la certeza de creer que es verdad, que es cierto aquello que la Iglesia enseña para creer, tener la certeza interior, porque el testigo, que es Jesús, no falla. La que lo enseña es la Iglesia, que es Madre y es Maestra.

Quiera Dios que tengamos esta Fe, que nos lleva a tocar el manto de Jesús y sabernos curados. La Fe de dejarnos tomar de la mano por Jesús y levantarnos.

Que la Virgen Santísima de Luján te acompañe en este camino.