“Vengan a mí”, es la invitación que hace Jesús para aquel que se siente agobiado, afligido, siente que ya nada vale la pena. “Vengan a mí”, dice Jesús, “porque en mí van a encontrar sosiego, calma, paz”.
Cuántas veces buscamos calma, paz, sosiego, en una serie de cosas. Somos compradores compulsivos, hablamos en demasía, tenemos la justificación fácil, nos encerramos en nosotros mismos y nos quedamos con que así es la vida y esto nos toca
Sin embargo Jesús invita a otra cosa. A ir a El. Y descargar en El todo lo nuestro. Porque su yugo, dice Jesús, es suave, mi carga es liviana.
Cuando nos acercamos a Jesús y descargamos lo nuestro, El nos carga con otra cosa. Nos carga con su gracia, su amor, su vida, que es suave y liviana. Nuestras cargas, nuestros pesos, nuestras asperezas, tienen otro valor y otro sentido y se hacen en verdad llevaderos.
“Vengan a mí”, dice Jesús. En este momento que nos sentimos afligidos, agobiados, cansados, tal vez sin rumbo, como matrimonio, como profesionales, como familia, ¿dónde vamos a ir? Hay que volver a Jesús, que el tiene palabra de vida eterna
Quiera la Virgen Santísima de Luján acompañarnos y ayudarnos para que hoy nos animemos a volver a Jesús. Y descargar en El todo eso que nos pesa.
Lo invito a que haga la prueba, antes de terminar de leer esto, de un segundo de oración, y decirle Jesús ayúdame con esto, descargo en vos este peso, esta preocupación, este miedo, esta enfermedad.
Que la Virgen de Luján nos ayude a todos a hacerlo.
