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Hacerse servidor

Hoy jueves 25 de julio celebramos a Santiago Apóstol, patrono entre otros de la ciudad de Santiago del Estero y de Mendoza y su arquidiócesis de Añatuya.

Hay una costumbre allí que si no se saca a Patrón Santiago en procesión ese año tiembla, así que los mendocinos hoy lo sacan a dar una vuelta por las calles de la ciudad.

Hoy nos convoca el Evangelio de Mateo, capítulo 20 versículos 20 al 28 donde los hijos de la madre de Zebedeo, entre los que se encontraba Santiago, le piden a Jesús sentarse uno a la derecha y otro a la izquierda, pero este les dice que no le corresponde a El. Y viene su enseñanza y termina diciendo el Evangelio el que quiera ser grande se haga servidor de ustedes.

El que quiera ser grande o primero que se haga esclavo, como el hijo del Hombre que no vino a ser servido sino a servir

Somos primeros y grandes cuando nos hacemos pequeños y nos hacemos servidores. Y para esto alcanza y sobra con el servicio cotidiano y ordinario en nuestra casa: hacer mandados sin protesta, hacer favores sin cuestionamientos, juntar la ropa en el baño tras asearse, juntar las cosas de la mesa, lo cotidiano, lo de todos los días. Un servicio que no pasa por las manos es romántico pero no sirve.

Está en lo cotidiano ser servidores.

Quiera Dios que seamos capaces de ser servidores en nuestros trabajos y en nuestras vidas, comenzando por los lugares donde muchas veces mostramos la hilacha: nuestra familia, nuestro matrimonio, nuestros hijos, nuestros padres.

Que la Virgen Santísima de Luján nos de un corazón servidor.