Es una multitud la que sigue a Jesús, según nos relata el Evangelio de San Mateo, capítulo 4 versículos 13 al 21, y los apóstoles se inquietan por esta cantidad de gente ya que llega la hora de darles algo de comer, y le manifiestan al Maestro esta dificultad, diciéndoles que los disperse para que vayan a buscar comida a las poblaciones vecinas y luego regresen. Y Jesús les dice algo así como ahora es la hora de ustedes, denles ustedes mismos de comer.
Y aparece este preludio de uno de los milagros de Jesús, que es la multiplicación de los panes y de los peces. Tenemos pocos panes y pocos pescados. Arrímenlos, dice Jesús, y sienten a las personas en orden. Jesús reza y hace esta primera multiplicación de panes y peches la gente come hasta saciarse.
Cuando somos capaces de poner lo poco de nosotros mismos donde fuere, poquito ánimo, poquita voluntad, no es necesario, no se nos exige heroicamente todo, sino un poquito, lo que podamos arrimar. Lo que tenemos, si lo hemos dado con generosidad, Dios lo bendice y lo multiplica. Cuando El lo bendice y multiplica alcanza y sobra.
Quiera la Virgen Santísima de Luján ayudarnos a todos para que demos de comer paciencia, optimismo, buenos consejos, buena predisposición, de todo lo bueno para que el Señor lo bendiga, lo multiplique y llegue a todos en los ambientes en que nos movemos. Que Ella nos bendiga.