Hoy miércoles 21 la Iglesia celebra a San Pío X, Papa, que fue el pontífice que autorizó la Primera Comunión de los niños y la preparación para recibir este sacramento. Por eso es el protector del catequista, a quienes saludamos en su día. Feliz día a quienes desempeñan este oficio en la Iglesia.
Y siguiendo el devenir del Evangelio, nos encontramos con el de San Mateo, capítulo 20 versículos 1 al 16, donde Jesús da una vueltita de rosca a esto de la vocación, al llamado a trabajar, a ser catequista, trabajar por su Reino en diversos momentos del día, de la vida. Y vemos cómo todos –el que llegó primero o el que llegó al caer la misma tarde– reciben la misma paga.
Los primeros protestan y preguntan por qué el que llegó último recibe lo mismo. Entonces vemos que seguimos con nuestros criterios humanos: nuestra justicia es al modo del hombre, mientras que la justicia de Jesús es misericordiosa y dadivosa. Y la Justicia de Jesús es estar con El, descubrir lo bueno que es desde el primer momento de la jornada, cosa que los primeros trabajadores pareciera no terminaron de ver.
Muchas veces podemos confundir estar con permanecer. Estamos con nuestro corazón, y permanecemos como permanece una piedra, que es la única actividad que realiza ese ente. Muchas veces lamentablemente en nuestra vida solo permanecemos.
Y Jesús frente a esta queja, al modo de estos trabajadores, pregunta por qué te enojas si yo quiero ser bueno. El Señor es bueno y nos quiere seguir dando oportunidades
Quiera Dios que descubramos que lo bueno es haberlo encontrado a El, como Tesoro, desde el primer momento de la jornada.
Y que disfrutemos eso como un Cielo por adelantado. Que para esto nos acompañe y ayude la Santísima Virgen.