No es sólo el nombre de una de las provincias de la Argentina el de Santa Cruz, sino que hoy celebramos desde la Iglesia la Exaltación de la Santa Cruz. Es decir que es una fiesta propia que tiene su marco referencial en la Semana Santa, más concretamente el Viernes Santo, pero que puede pasar muchas veces desapercibida en medio de tanta celebración que hay en la Semana Mayor.
Y estamos invitados a volver a centrar nuestra atención en la Santa Cruz.
Fíjense que comenzamos nuestras actividades, nuestro día, cuando iniciamos la Santa Misa, y antes de algo importante, haciendo la señal de la Santa Cruz. Pues hoy es un día especial para pensar en esto, recordando aquello del Evangelio de Juan, capítulo 3 versículos 13 al 17, el cual estamos invitados a reflexionar.
Si, dice San Juan, Dios amó tanto al mundo que entregó a su propio Hijo, para que el que crea en El tenga vida y vida eterna, porque el Hijo no vino a juzgar al mundo sino a salvarlo. Y ha venido a salvarlo por medio de la Santa Cruz. Esta Santa Cruz a la que hoy prestamos especial atención y adoramos por lo que lleva, lo que representa: a Jesús crucificado y gloriosamente resucitado.
Qué bueno es, y te invito al que lo hagas, mientras lees esto puedas con toda sencillez hacerte la señal de la Cruz pensando lo que estamos diciendo, estamos recordando la Santísima Trinidad y en este gesto de envolvemos con ella pedir precisamente la presencia de la Santísima Trinidad en nuestra vida.
Que sea la Santa Cruz la que comience y finalice nuestro día, nuestras actividades. Y que en esto nos enseñe y acompañe María, quien al pie de la Cruz estuvo mientras su Hijo moría.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.