Al comenzar esta semana con este lunes 16, nos encontramos invitados para los que siguen el Evangelio con el texto de Lucas capítulo 7 versículos 1 al 10, donde podemos resumir toda la escena en “A mí no”.
Y es tan importante esto que ha dicho este centurión que la Liturgia lo ha asumido y lo repetimos a diario en la misa: “A mí no, no soy digno de que entres en mi casa. Alcanza una palabra y mi sirviente va a ser curado”.
Y también nosotros estamos invitados a decir “A mí no. No soy digno de que entres”. Y la Liturgia misma nos va a responder: “El nos hace dignos de estar en su presencia”.
No es cuestión de dignidad sino de gracia. Gracia que recibimos cuando lo recibimos a El presente con su Cuerpo, Alma y Divinidad. Somos un Don de Dios, y ese Don no es por merecimiento propio sino porque nos ama.
“A mí no”, es la primera expresión que nos sale. No somos dignos y es cierto. Pero nos ama y nos ama tanto que viene a nuestra búsqueda.
Por eso quiera Jesús que nos dejemos encontrar.
Quiera Jesús que tengamos una buena semana y nos dejemos encontrar.