Hoy es San Lucas y comenzamos saludando a quienes llevan el nombre de este Santo al que se le atribuye el tercero de los Evangelios.
Cuenta la tradición que era médico, compañero de viaje de San Pablo, y que es quien describe la amabilidad de Cristo.
Su Evangelio demuestra una estima particular por las mujeres y aporta datos específicos sobre María. Describe situaciones de mucha misericordia de Jesús a los enfermos, los pequeños y los pecadores.
Se le llama también “Evangelio de la oración”, porque es el que más describe los momentos trascendentales de Jesús en esta actitud. Su palabra insiste en el amor misericordioso de Dios, y es el Evangelio que nos habla de la infancia de Jesús, lo que ha inspirado grandes obras de arte.
El Evangelio que se nos invita a reflexionar es el de Lucas capítulo 10 versículos 1 al 9, al que ya hemos hecho referencia cuando Jesús envía a predicar a otros 72 que decíamos que eran laicos. Pero hoy es aplicable también a Lucas, ya que este amigo de Pablo está entre los apóstoles y es enviado a predicar y a dejarnos su Evangelio.
Quiera el Señor que nos habla por medio de ese Evangelio, de esta Palabra, hablarnos a nuestro corazón y que también nosotros seamos hombres de oración, como es Jesús en relación al Padre, en momentos trascendentales de la vida.
Y también hoy tenemos la memoria de Nuestra Señora de Schoenstatt. Saludamos a todos los miembros de este movimiento apostólico, y que le pidan de modo particular a la madre admirable que nos enseñe a todos a poner el oído atento en el Evangelio de Lucas.
Que la Santísima Virgen nos acompañe en esto.