Estamos acostumbrados a oír hablar de “signos”. Los del zodíaco, las señales de una serie de situaciones, de cosas, de indicaciones. Y Jesús comienza el Evangelio de hoy, que continuamos con Lucas capítulo 12 versículos 54 al 59, hablándonos ustedes que saben si se levanta una nube de tal lugar acontece cual cosa. Como decimos en el campo, viento del este, lluvia como peste.
Alguno decía en algún pueblo, si cuando corre un poquito de viento se siente el ruido del tren es porque va a llover. Eso sirve para ese pueblo solamente, pero somos dados a interpretar esos signos que nos da la naturaleza.
El Señor nos invita y nos dice no sean insensatos, si saben discernir eso como es que no saben discernir el tiempo presente. El Señor nos habla en diversas situaciones, con signos, de allí la importancia –como decía el obispo Angelelli– de estar con un oído atento en el Evangelio y un oído atento en el pueblo.
Los signos van aconteciendo en nuestro diario vivir y allí tenemos que escuchar lo que Dios quiere decirnos.
La historia de la salvación no es un libro muerto sino que es algo vital y se entreteje con nuestra propia vida y hace que seamos protagonistas de la trama.
Por eso es bueno saber discernir lo bueno de lo malo, el buen camino del camino errado, y con mucha atención para no caer en las trampas del demonio que es padre de la mentira y muchas veces quiere embrollarnos.
Qué bueno es pedir a Dios Espíritu Santo el don de ciencia y de consejo, para en todo momento saber discernir qué nos quiere decir el Señor con los acontecimientos de nuestra familia, en nuestra vida nacional, como pueblo, esos son los signos de los tiempos. Estemos atentos para responder adecuadamente.
Que la Virgen Santísima de Lujan nos acompañe y bendiga.
