Hemos arribado, como decíamos ayer, a la semana 31 del tiempo ordinario que va terminando como tiempo litúrgico, ya cercanos al adviento. Hemos celebrado ayer la jornada mundial de los pobres, para tomar conciencia de nuestros hermanos más necesitados y ver cada uno de nosotros que puede hacer por ellos desde su lugar.
Así nos encontramos con el Evangelio de San Lucas, capítulo 18 versículos 35 al 43 donde nos encontramos a Jesús que se va a acercando a Jericó y sentado cerca del camino había un ciego pidiendo limosna, quien al oír que pasa Jesús, comienza a gritar Hijo de David, ten compasión de mí. Jesús se detiene a pesar de la represalia de algunos que estaban ahí, y le pregunta “¿qué quieres que haga por ti?”. “Señor, haz que pueda ver”, le responde el ciego.
Dice el texto que Jesús le devuelve la vista diciéndole “tu Fe te ha salvado”. Y al ver todo esto los que estaban allí, todo el pueblo alababa a Dios por este milagro.
También nosotros en nuestras vidas podemos oír que Cristo pasa, podemos pedirle en la oración haz que vea, que solucione esta situación, que pueda sobrellevar esta dificultad, esta prueba, esta enfermedad, este revés económico, haz que vea que estás presente en medio nuestro, en nuestras comunidades, nuestro andar cotidiano.
Si lo hacemos con Fe esto nos tiene que llevar a la alabanza, como este conjunto de fieles que al ver el milagro alabaron a Dios.
Si vemos las grandezas que Dios hace en otros y en nosotros estamos invitados a alabar a Dios.
Que en este lunes de descanso y feriado haya un tiempito más para la oración, para alabar a Dios porque nos ha mirado con bondad.
Que la Virgen Santísima de Luján te conceda una buena semana.