Un año más se desvanece y que descanse en paz la última hoja de un almanaque que arrancó con un virus que venía de China y amenazaba extenderse y así lo hizo.
Muchos perdieron amigos, familiares, su empleo, su economía se derrumbó, se desconcertaron, debieron estar encerrados sin salir (algunos siguen igual, como los internos de geriátricos), se deprimieron…
Otros se refundaron, se reinventaron, se animaron y la pelearon, ganaron una batalla cada día y la siguen luchando…
Como sea, mañana es otro dia en la misma serie, continúa el ciclo, se renueva el alma…
Las notas incompletas, que quedaron en borrador, que nunca serán, las que son, la autocensura, la vanidad a un lado, los festejos y las tristezas.
La vida no es como la imaginamos porque la realidad es inimaginable. Los deseos e intenciones nunca serán más que eso, y allá vamos.
Mañana es hoy por ahora cuando lo racionalizamos. Feliz nuevo año en libertad.
Con la vacuna, con la ilusión, a las doce, a la una, por amor, con amor. Por una vez, de una vez, dos mil veintidós en un año: que sea.