La reciente inauguración de su cancha de 11, otro paso en su camino de progreso, les dio un nuevo impulso: los dirigentes del Club Holanda lanzarán ahora una campaña de socios con la idea de seguir creciendo. La medida tiene un puntapié inicial: los chicos y las chicas que forman parte de sus equipos recibirán su carnet y serán asociados totalmente gratis.
“Estamos muy contentos porque tenemos cada día más chicos y chicas y esta campaña para empezar a tener socios va en ese sentido de crecer, de ir proyectando más servicios y actividades”, contó Lucas Montero, coordinador de profes y técnicos de todas las categorías de Holanda.
Fundado en 1975 y recuperado luego de que la municipalidad comprara el predio y se lo cediera para su funcionamiento, Holanda reúne a pibes y pibas de los barrios cercanos: Blandengues, Almafuerte y Obrero. Pero se acercan también de Los Duraznos, 3 de Octubre y varios otros. Así, y luego de que la pandemia los perjudicara de tal modo que quedaron solamente dos categorías, ahora tienen siete de varones y una de chicas.
“El equipo femenino es Sub 12 pero ahora estamos armando el Sub 14 además de la Primera”, dijo Montero, que está al frente de un verdadero “seleccionado” de profes y entrenadores que trabajan en el club que preside Guillermo Climiño: Tomás Lima, Agustín “Tato” Pórfido, Lucas Rojas, Nico Mansilla y también Roxana, Gustavo, Juan, Guido, Emiliano, Guada… Todos, por cierto, sin cobrar un solo peso.
Porque la de Holanda, como la de muchos otros clubes, es una historia de amor y vocación. Sostenida por la ayuda del gobierno municipal. Luego de aquella cesión del predio, se sucedieron la inauguración de las dos canchas, la construcción del Salón de Usos Múltiples y sobre el cierre del verano la pileta, que para el año que viene estará en todo su esplendor.
“Lo que viene haciendo el gobierno del intendente Juani Ustarroz con los clubes es impresionante -dijo Montero-. Entiende la importancia del deporte y tiene la misma idea que nosotros sobre los clubes: no sólo son espacios para la recreación, la competencia y el entretenimiento sino, sobre todo, lugares de contención, de amistad y de transmisión de valores como la solidaridad, el compromiso y el compañerismo”.
En el SUM, así y para dar un ejemplo de la relevancia que tiene el club para los vecinos, funciona una sede del PROEBA (Programa de Educación Barrial, con el que se da apoyo escolar a los chicos y las chicas).
Profes, entrenadores y dirigentes, además, mantienen una interacción constante con las escuelas de los barrios cercanos (la secundaria 10 y la primaria 35) para hacer un seguimiento de los pibes. De uno y otro lado están atentos a la evolución educativa de todos y evitar la deserción.
“La idea de seguir creciendo también tiene que ver con eso, con acentuar la importancia del club en los barrios, en las familias y en los pibes y las pibas que vienen y que son cada vez más -cerró Montero-. Yo estoy orgulloso de todo el laburo que hacemos porque hay un montón de cosas en el medio como la identidad, la pertenencia o dar una mano, cosas que te gratifican y te hacen ver que vale la pena el esfuerzo”.