Equipaje de mano presto, como presto debe estarlo el equipaje de nuestros hermanos periodistas que hoy celebran su día. Siempre listos para ir a cubrir tal o cual noticia. Feliz día.
Pero nos referimos en este caso a preparar el equipaje de mano porque ya hemos arribado, estamos arribando, se nos ha avisado de la llegada de Pentecostés. Y con ella llegamos a la recepción de los dones y de los frutos del Espíritu Santo.
De los dones, estos regalos que recibimos y vienen para todo ser humano, pero no amontonadamente. Vamos a desglosarlos uno por uno. Pero por ejemplo la sabiduría, igual que el entendimiento, el consejo, hacen más bien a la inteligencia, así como la ciencia; mientras que la piedad, la fortaleza y el santo temor de Dios hacen mas bien a la voluntad del hombre.
Los dividimos de un modo pedagógico para comprenderlos pero se dan todos juntos y de una porque es la misma vida de Dios.
Y los frutos vienen no para quedarse sino para transformar el alma y dar los frutos propios de Dios Espíritu Santo.
Preparar el equipaje entonces, porque arribamos a Pentecostés, y más que entrar en Pentecostés es de esperar que Pentecostés entre en nosotros. Y que llenándonos de los dones seamos capaces en esta interacción de nuestro corazón, voluntad e inteligencia con la fuerza que viene de lo alto, de la cual estaremos revestidos, dar los frutos.
Dice la Palabra de Dios que los discípulos estaban escondidos, con miedo por temor a los judíos y permanecían juntos en oración. Y, dice la Palabra de Dios, junto a María Santísima y otras mujeres que habían acompañado a Jesús.
Quiera la Santísima Virgen acompañarnos a nosotros en estos días previos a Pentecostés, a estas vigilias, esperando la llegada del Huésped del alma. Para que llenándonos de El, de su efusión, seamos capaces de dar los frutos que El pide que demos.
Que la Virgen Santísima de Luján los bendiga.