Cara y contracara de 8 años de noticias
Claudio Guevara
- “¿Qué puedo escribir para los 8 años de Noticias Mercedinas?”, le consulté a un grupo de amigos en la reunión social del Club Belgrano.
- “Escribí sobre la corruptela judicial –me aconsejó el secretario de un juzgado–. Todos estamos hartos de los ascensos por acomodo político, y la soberbia de jueces y fiscales que le tiran la preventiva por la cabeza a pobre gente por cualquier tontería, pero cajonean para siempre las causas donde están implicados las autoridades políticas, o personajes de rango social”.
- ¿Pero no puede deberse a que son causas complejas, difíciles de resolver? –indagué con cierta malicia.
- “No –me respondió terminante–. La causa de la Fiesta del Salame es muy simple, y la evidencia es abrumadora. Si quieren, la resuelven en dos semanas. La grabación al intendente promoviendo la usurpación de un terreno, también. Y así por el estilo. Acordate de la causa de los vuelcos de mierda en el río Luján: ese expediente era tan contundente, que lo tuvo que archivar el Fiscal General, porque no había otra salida”.
El doble estándar de la justicia
Fue como un viaje en el tiempo. En estos ocho años Noticias Mercedinas mostró dos corrientes de noticias judiciales, cuyo tratamiento en los estrados tuvo una suerte muy dispar: por un lado, los procesos contra acusados por delitos comunes. Por otro lado, las causas contra funcionarios públicos acusados de delitos de corrupción, abuso de autoridad, o atentados contra el medio ambiente.
Noticias Mercedinas vio la luz meses antes de uno de los eventos impactantes de la última década: la interpelación al intendente Selva, convocado por un Concejo irritado con más de 200 pedidos de informes sin respuesta. Allí surgieron evidencias que una Justicia honorable hubiera considerado suficientes para actuar de oficio
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Hay una evidente desproporción entre las conclusiones de una y otra saga noticiosa en los estrados.
Noticias Mercedinas vio la luz meses antes de uno de los eventos impactantes de la última década: la interpelación al intendente Selva, convocado por un Concejo irritado con más de 200 pedidos de informes sin respuesta. Allí surgieron evidencias que una Justicia honorable hubiera considerado suficientes para actuar de oficio: la confesión del intendente de que autorizó vuelcos clandestinos de efluentes cloacales, es un ejemplo. La investigación impulsada por el concejal Juan Manuel Torres reunió elementos que mostraban la existencia de un grupo que vendía ilegalmente a particulares el permiso para descargar efluentes en nuestro río. Pero la causa fue archivada con un argumento técnico.
Las polémicas más encendidas de los siguientes años de noticias involucraron denuncias de irregularidades y presuntos delitos en la función pública que le hubieran costado la libertad y el patrimonio a cualquier ciudadano común, pero que nunca tuvieron sentencia en la Justicia.
En el otro extremo, un Poder Judicial cargó muy duramente contra enemigos del gobierno. O contra los cultivadores de plantas prohibidas, otro target favorito de la Justicia. Casi invariablemente fueron a la cárcel, se les allanaron sus casas y se suministró abundante información a la prensa para someterlos al escarnio público.
El doble rasero es evidente en la diversidad de criterios sobre lo que se considera prueba suficiente. Y en las herramientas de la investigación, que parecen ser diferentes según la identidad política, el abolengo o la autoridad política de los acusados:
• En algunos casos hay despliegue de Grupos Especiales, “superagentes” que rastrean conversaciones privadas y testigos encubiertos.
• En el otro extremo, la inacción, o el libramiento de tímidos pedidos de informes que ni siquiera son contestados.
No estamos descubriendo nada nuevo, ni tampoco un fenómeno exclusivo de esta aldea. Se trata de algo tan viejo como el mundo.
El poder de una sentencia justa
¿No hay excepciones en este panorama? Sí las hay. Noticias Mercedinas se destacó en estos 8 años por el generoso espacio cedido a la difusión de problemas ambientales, acompañando los esfuerzos de muchos vecinos. Y el trabajo fue recompensado con una noticia que corona esta etapa con la contracara de las inequidades detalladas más arriba: el Juzgado Contencioso Administrativo de Luis Laserna falló a favor de los vecinos en la causa del basural de La Florida. En una causa compleja, hubiera bastado que el magistrado se dejara guiar por las respuestas oficiales a sus requerimientos, para desechar las pretensiones que llevaron a los vecinos al estrado. Hubiera bastado que Laserna creyera, sin más, en las declaraciones de funcionarios que aseguraban que en el basural estaba en marcha una planta recicladora en pleno funcionamiento. Pero a contramano de la indolencia y la pereza que reina en muchos despachos, el juez y sus colaboradores se aparecían sorpresivamente en el lugar, comprobando “in situ” que la realidad “dibujada” en los informes no existía. Y le dieron la razón a los vecinos.
Una sentencia justa, tanto como una sonrisa o un gesto de buena voluntad, multiplicados por miles, son poderosos agentes de cambio. Abracemos la novedad para mirar el futuro con optimismo.
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