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La importancia del apoyo psicológico a pacientes oncológicos

Por la Lic. Mariana Godoy

Al recibir un diagnóstico de cáncer las emociones juegan un rol importante en el paciente: negación / desesperación, ansiedad, depresión, insomnio y finalmente, en el mejor de los casos, adaptación. A veces los familiares y amigos no logran entender como se siente una persona con una enfermedad oncológica, por eso el rol de los grupos de apoyo psicológico se torna fundamental para afrontar cualquier tipo de enfermedad.

Muchas veces, lo emocional es relegado por lo más urgente que es atender el cuerpo; descuidando los sentimientos, pensamientos, duelos y pérdidas que cada paciente y sus familiares deben atravesar en el proceso de la enfermedad. Desde el diagnóstico, el tratamiento, hasta incluso en la fase de remisión, el acompañamiento psicológico del paciente es importante para la elaboración de lo que ocurre en el cuerpo y alrededor de él.

Un diagnóstico de cáncer genera un impacto negativo en lo psicológico ya que esta enfermedad con frecuencia es asociada a la muerte y empiezan a surgir preguntas que son difíciles de aceptar como ¿por qué a mí?, ¿por qué ahora? y ¿qué soy ahora? Las reacciones más habituales son el miedo, la tristeza, la rabia y la incertidumbre. El apoyo psicológico en esta etapa se centra en ayudar al paciente a expresar y normalizar sus emociones, explicando que es normal sentir esas reacciones.

El paciente durante el tratamiento pasa por varios duelos y/o pérdidas: pérdida de la salud, del control, de la autonomía y, en algunos casos, a la capacidad de procreación. El duelo por la imagen de sí mismo, por el estilo de vida y por todos los proyectos postergados genera una reestructuración cognitiva. Por esta razón es importante prestar atención a las emociones: reconocerlas, identificarlas, hablar sobre ellas, interpretarlas, aceptarlas y así ayudarnos a tomar decisiones.

Durante la etapa de remisión, las emociones y pensamientos siguen teniendo un rol fundamental, surge el síndrome de la Espada de Damocles, el cual es un miedo desmesurado a la recaída de la enfermedad: se vive en estado de alerta, el paciente siente que su salud pende de un hilo y surge la culpa de supervivencia. Además, se pretende retomar la vida de antes, como si no hubiese pasado nada. En el caso de una recaída la angustia suele ser igual o mayor que la primera vez, vuelven a surgir los miedos, incertidumbre y ansiedad.

El malestar emocional provoca un deterioro en la vida diaria y en las relaciones interpersonales. Por estos motivos es fundamental contar con ayuda de la psicooncología en cada etapa de la enfermedad, centrada en el apoyo y la terapia de pacientes con cáncer, a sus familiares y a los profesionales de oncología. Por eso desde 2017, desde la Asociación Civil Linfomas Argentina (ACLA) brindamos charlas para acompañar a todos los pacientes y allegados que busquen el mejor desarrollo de estos procesos.

ACLA es una asociación sin fines de lucro que trabaja dando a conocer información, creando espacios de encuentro y ofreciendo orientación a pacientes con linfoma, síndromes mielodisplásicos y mielofibrosis, de modo de ayudar al conocimiento de la enfermedad, brindando contención y contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de las personas que conviven con estas enfermedades. Organiza permanentemente este tipo de actividades. Si desea sumarse a alguna de ellas, visite www.linfomasargentina.org en donde encontrara todos nuestros canales de contacto y novedades.


Mariana Godoy es Vocal de la Asociación Civil Linfomas Argentina (ACLA) y ex paciente. Lic. en Psicología, Posgrado en Psicoanálisis y en Psicooncología. M.N. 63.094