Juan Bauer es estudiante de EPGAMT (Escuela Provincial de Guías de Alta Montaña y Trekking – Mendoza). Hace 4 años fue alumno en AZ (Azimutrek) y hoy forma parte del equipo de trabajo gracias a sus directores, Pablo Bravo y Alejandra Melideo, que le brindan la posibilidad de trabajar de lo que ama. Para él, la mercedina Alejandra Chiminelli tuvo “conciencia, espíritu libre y fuerza de voluntad” para lograr su objetivo.
En representación del staff y como parte de la expedición, Bauer quiso destacar el trabajo de las nueve personas que lideraron esta experiencia. “Azimutrek posee una rica trayectoria en estas salidas de prácticas de expedición, donde los participantes deben navegar, realizar cálculos de tiempos, desniveles, ritmos de marcha, gestionar y cargar su equipo y alimentos, entre otras tareas. Es fascinante encontrar personas en este ambiente con las mismas convicciones, mismos objetivos, mismos deseos. No hablo específicamente del montañismo, sino del ser uno mismo; convicciones de vida, objetivos de superación, desear y soñar”, dijo quien fue el responsable de la parte de salud en la expedición.
“Luego de leer la ficha médica de Alechi (Alejandra Chiminelli) tuve un pequeño momento de reflexión. Pensé qué lindo que esta mujer pueda estar aquí, cumpliendo sus objetivos, concretando sus deseos. Sobre todo porque me trajo a la mente a un familiar muy cercano al cual perdí por la misma enfermedad”, recordó.
“El desempeño de Alechi durante la expedición fue maravilloso, con total autonomía y concentrada en su viaje, aquel que en su momento postergó. Pudo demostrar que con conciencia, espíritu libre y fuerza de voluntad todo es posible. Fue así que al llegar a los restos del avión la recibimos junto a Lucas Michelini con un gran y emotivo abrazo (como le llamamos nosotros «abrazo de cumbre») y fue un hermoso momento”, explicó Bauer.
En este sentido quiso destacar dos situaciones, en diferentes momentos y con diversidad de factores: “Por un lado, hace 47 años 16 personas sobrevivieron 72 días en un lugar hostil. Y por otro Alechi demostró que se puede, asumiendo su situación y poniendo lo mejor de sí, dando fe de que es posible salir adelante. Es aquí entonces donde ambas historias se relacionan; la fuerza, el espíritu, la conciencia, las ganas de vivir y sentirse libre”, opinó.
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El pico Alechi, a 3450 metros sobre el nivel del mar
Desde el staff se propuso el posible ascenso a un pico. “Posible” porque en esta zona no existen senderos marcados, y fue así que se determinó una posible ruta y al otro día se partió. “El grupo llegó hasta una bella laguna, desde allí realizamos lectura de ruta y continuamos. Ya con un equipo reducido y fuerte avanzamos por tramos, logrando al fin un gran trabajo en equipo. Una vez en la cima y confirmando que nadie estuvo allí antes, en forma conjunta decidimos ponerle nombre a este pico. Una persona de gran fortaleza nos inspiraría”, explicó Bauer.
El pico Alechi está a 3450 m.s.n.m. en el Valle de las Lágrimas, Cordillera de límite. (34° 44´ 22” S – 70° 11´20” O).
“La vida para mí es una gran montaña, y cada ser debe esforzarse al máximo en su conquista. Alechi logró conquistar su cima”, completó Juan Bauer
