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¿Qué es el spam y cómo evitar caer en él con una campaña de email marketing?

Toda campaña de email marketing persigue objetivos reconocibles desde el principio. En la mayoría de las ocasiones, captar clientes o tener ventas directas son esos objetivos, pero la verdad es que pueden ser muy variados. Como todo, tiene sus riesgos, y el spam es posiblemente el más visible de ellos.

A pesar de que ya en 2022, el acceso a este tipo de información es más común, todavía hay muchas personas que no reconocen o directamente no saben qué es el spam, por lo que comenzar con una definición básica es lo correcto.

Definición de spam

En el idioma de Cervantes, se le conoce como correo no deseado o correo no solicitado, dependiendo de la traducción que adopte el cliente de correo electrónico que se utilice. En general, podría trazarse una analogía con las llamadas no solicitadas o el buzoneo tradicional de promociones o revistas a las que no se estaba suscrito.

No en vano, es común encontrar en las bandejas de spam, correos que no tienen ningún tipo de alusión a lo que los usuarios están buscando. Pero no siempre sucede así, ya que muchas veces, correos que sí han sido solicitados, o que directamente sí podrían interesar, acaban en la bandeja de spam, y es ahí donde las campañas de email marketing tienen uno de sus principales riesgos.

El riesgo del spam

Desde la perspectiva de los usuarios, el spam hace que sus bandejas de correo sean más seguras, ya que algunos proveedores, como Outlook o Gmail, hacen esfuerzos de ingeniería para que revisar el correo electrónico sea más seguro. Desde luego, debe entenderse que la mayoría de los casos de phishing ocurren gracias al spam, por lo que es una cuestión de cuidado.

Pero desde la perspectiva de quienes envían los correos, sobre todo si son empresas que están invirtiendo en campañas de email marketing, caer en spam no hace realmente mucha gracia, y mucho menos, si no se debe caer porque se trate de un mensaje de calidad, de un remitente fidedigno y todo parece estar en orden.

Es ahí donde están los principales riesgos, porque si un proveedor de correo asocia una dirección, un tipo de mensaje o hasta un dominio completo con spam, salir de esa lista negra es muy difícil, por lo que lo principal es evitar caer alguna vez en la carpeta de spam, sobre todo, si se trata de explotar el email marketing para fines de negocio.

¿Cómo evitar que una campaña de email termine en la bandeja de spam?

La cantidad de medidas y consejos al respecto es enorme, pero en la mayoría de los casos, no hace falta más que seguir el sentido común.

  • Tener un checklist: algunas plataformas de email marketing o envío de correos masivos proporcionan checklist de aspectos que deben cumplirse para que un mensaje no caiga en la bandeja de spam o sea considerado como tal. Lo que hacen estas listas es considerar los aspectos comunes de todos los proveedores de correo más populares, y su cumplimiento es prácticamente una garantía de que no habrá riesgos.
  • No deseado, no solicitado: la definición en español de spam da muestras claras de lo que se trata, por eso, lo indispensable para no caer en la bandeja de spam es no enviar nunca correos electrónicos o campañas de email marketing a usuarios que no se hayan dado de alta o se hayan suscrito a esta clase de mensajes. Si bien es cierto que los emails a puerta fría son una estrategia de venta excelente, cuando se hace bien, es algo que tiene más resultados en el terreno del P2P que en relaciones B2C, donde los usuarios en la gran mayoría de los casos marcarán como spam, aunque sea manualmente.
  • Formularios de suscripción: las propias plataformas de email marketing alientan a la utilización únicamente de formularios que tengan doble verificación. O lo que es igual, que aparte de inscribirse en el formulario, luego tengan que verificar la suscripción con un enlace de verificación, que se envía a su bandeja de entrada. Esto aleja casi totalmente la posibilidad de que los próximos correos enviados desde esa dirección acaben en la bandeja de spam.
  • Coherencia: lógicamente, los grandes proveedores de servicios de correo electrónico no utilizan personas para la verificación del spam, sino que son medidas que se toman por grandes intervenciones tecnológicas automatizadas, ya sea por Inteligencia Artificial u otros métodos. Por eso, conforme pasa el tiempo, algunas cuestiones como los correos con colores saltones, los que tienen muchas imágenes en proporción al texto escrito, o los que utilizan acortadores de enlaces o términos sobre temáticas de adultos, farmacéuticas, financieros y demás, sean tachados directamente como spam, al menos si se trata de los primeros correos que se envían a un usuario. Luego, conforme las campañas son más sólidas y aceptadas, estos riesgos se van difuminando.
  • Reputación: las direcciones de correo electrónico de los remitentes van ganando o perdiendo reputación de acuerdo con las medidas antispam de los principales proveedores. Por eso, si una empresa lleva tiempo haciendo las cosas bien en cuanto al email marketing, tiene una plataforma confiable para los envíos, con IPs propias y limpias, los riesgos de caer en la bandeja de spam o de comenzar a ser tachados como tal, serán prácticamente inexistentes.

Desde luego, sentido común y buenos contenidos de interés para la audiencia, son las recomendaciones obvias al respecto. El email marketing es una de las mejores integraciones que pueden tener las empresas para masificar su audiencia o generar más ventas. 

Sin embargo, todo debe mantenerse dentro de un entorno equilibrado, donde la audiencia reciba realmente lo que ha pedido recibir, y donde las medidas a puerta fría -que, como se decía, son interesantes- se realicen de forma alternativa y nunca dentro de la misma campaña de email marketing, siendo ese tal vez el error más común y que lleva a grandes campañas de mailing a caer en la bandeja de spam con pasmosa frecuencia.