La Ley de “Talleres protegidos” fue sancionada en 2012, por la que se creó un régimen laboral especial para personas con discapacidad que se desempeñen en los talleres protegidos.
Definidos como lugares en donde se «desarrolle actividades productivas, comerciales o de servicio para el mercado, debiendo brindar a sus trabajadores un empleo» la norma establece a su vez un régimen especial de seguridad social para que los trabajadores puedan acceder a coberturas de vejez, enfermedad, cargas familiares y riesgos de trabajo.
En este sentido, María Silva, directora de CAIDIM, contó: “Hasta ahora, si bien estaba la ley, no estaba del todo concreto ese beneficio, pero en estos días se terminó de concretar todos los circuitos internos, tanto del Ministerio de Trabajo como de Anses, para poder presentar toda la documentación para que el Ministerio de Trabajo avale y Anses comience con la liquidación de la jubilación como trabajadores de un taller protegido”.
La idea es que “se ponga en vigencia y que cada operario de taller protegido se pueda jubilar a los 45 años como trabajador de este taller sin perder su pensión por discapacidad”.
“Todas las personas que dirigimos los talleres consideramos que con 45 años se es realmente muy joven para dejar de trabajar, por lo que se logró que todas las personas con discapacidad que se jubilen en los talleres, pueden seguir concurriendo y eso no invalida que haga su jubilación, o sea, no se superponen”, señaló luego. “Esto es así, excepto que la suma de su pensión, la pensión derivada de sus padres y jubilación exceda la sumatoria de tres jubilaciones mínimas”, agregó Silva.
“Esta es para nosotros una alegría inmensa, poder dar esta noticia a mis muchachos, sinceramente, me explota de alegría y felicidad el corazón” enfatizó Silva y agregó que “más allá de lo económico, yo a lo que apunto, cuando se da este paso inicial, es que de ahora en adelante todas las personas con discapacidad que trabajen en un taller protegido ya tienen asegurada su jubilación, es un derecho para todos”.
