El 20 de enero, en el bello patio del MAMM – Museo de Arte Municipal de Mercedes – Virginia Altube y Jonatan Alvarado dieron vida a un espectáculo mágico.
Los talentosos artistas escogieron un repertorio de canciones antiguas de nuestro acervo popular que, a través de una rigurosa selección de temas emblemáticos argentinos, demostraron que el espíritu de la canción popular no es una expresión abstracta, sino que está compuesta por matices que determinan su “regionalidad” a través de fórmulas rítmicas, tópicos melódicos, cadencias y otros.
La primera parte del programa incluyó un tema de Ángel Villoldo: “Cantar Eterno” (1917), “El Cañaveral” de Rafael Rossi y Carlos Guastavino (1960) y “El Triunfo” de Santiago Rocca (sobre un tema de la danza tradicional, de 1922).
Jonatan Alvarado explicó, a continuación, las relaciones del cancionero popular argentino con el cancionero español y ambos intérpretes ejemplificaron sus dichos con tres hermosas obras: “Al Olivo, al olivo”, “Eres como la rosa” y “En qué nos parecemos”, cantadas a cappella. Esto permitió el lucimiento de ambos artistas que mostraron una acertada armonización de sus voces, logrando un momento de exquisita comunión con el público asistente.
El espectáculo se completó con la presentación de dos artistas invitados: Mili Vallejos, una joven cantante mercedina y Ger Lettieri, destacado guitarrista, que interpretaron algunos temas como “Palomita Blanca” – de Jiménez y Aieta – del que Vallejos hizo una verdadera creación.
Los temas siguieron desgranándose, mientras la noche caía sobre el jardín del MAMM y el público seguía, atento, las canciones propuestas por estos dos artistas pero su intención no era cantar en solitario.
Al concluir el programa con la “Baguala de Alfarcito”, donde Virginia Altube puso de manifiesto sus dotes de cantora, los músicos fueron por más y decidieron integrar al público con el canto coplero. Así comenzó una chaya grupal que abrazó a los presentes con los mágicos hilos que solo la música puede tejer entre las personas y juntos vivimos un momento único, maravilloso e irrepetible.
Jonatan Alvarado y Virgnia Altube nos llevaron por regiones teñidas de nostalgia, donde muchos revivimos, emocionados, antiguas canciones que escuchábamos en nuestra niñez.
En suma un espectáculo maravilloso, en el que dos generaciones se unieron para dejarnos un verdadero testimonio, no solo de su talento sino del respeto por nuestras tradiciones, las que el pueblo nunca debe olvidar.
