Inicio Cultura Juan Ferrandis y Jorge Swinnen, finalistas en concurso internacional de acuarela

Juan Ferrandis y Jorge Swinnen, finalistas en concurso internacional de acuarela

Los mercedinos Jorge Swinnen y Juan Ferrandis tienen obras seleccionadas como finalistas de un festival de acuarela rápida organizado por la International Watercolor Society de Chile.

El primero es un consagrado en ese arte, y el otro un novel que incursiona desde hace poco tiempo en la técnica y con muy buenos resultados como se ve.

En el caso de Ferrandis, quienes lo siguen en sus redes han venido apreciando su crecimiento en este arte, que supo combinar en un principio con relatos (otra de sus especialidades) y generar expectativa y admiración de muchos por su incipiente talento.

En un diálogo con este medio, comentó algunas de sus motivaciones y expectativas en este camino, y describió qué siente al utilizar el agua como su compañera de trabajo.

  • ¿Cuánto hace que te introdujiste en el mundo de la acuarela y por qué?

Con la acuarela me metí en el transcurso de la pandemia. Siempre estuve vinculado al arte como un espectador y admirador, aunque desde siempre me gustó pintar y dibujar pero no lo había profundizado. En la pandemia encontré tiempo libre y empecé a investigar la técnica, vi tutoriales y conocí artistas destacados en la acuarela. Iba adoptando las cosas que más me gustaban en cuanto a estilos y empecé a ensayar a ver qué aparecía. Así empecé a tomar contacto con el agua, que es la compañera directa del artista en esta técnica. Uno pinta y propone pero muchas veces el agua termina decidiendo qué va a quedar. A veces está bueno pero a veces no te gusta y hay que empezar a relacionarse con esa compañera. Es como tocar un piano a 4 manos, uno hace algo sobre lo que tiene control pero después las otras dos manos no te pertenecen. Hay un compañero que define algunas cosas.

«Uno pinta y propone pero muchas veces el agua termina decidiendo qué va a quedar. A veces está bueno pero a veces no te gusta y hay que empezar a relacionarse con esa compañera. Es como tocar un piano a 4 manos»

  • ¿Qué descubriste en este arte?

No sé si descubrí algo. Siempre uso una frase que está muy trillada y tiene que ver con que el arte salva. No necesité salvarme de algo en particular pero sí en un momento en que se genera una dispersión muy particular, uno se encierra en un mundo muy suyo y el contexto queda un poco de lado. Me ha pasado empezar a pintar una serie en la que había que tener valor para enfrentarla. Uno se reconoce en las pinceladas, en los colores, la composición, y hay algo muy personal que uno no tiene muy presente y se refleja en la hoja. Eso lo descubrí, hay un otro yo que se refleja en la obra que uno hace. No siempre uno muestra en sus obras lo que la gente ve sino lo que no ve.

  • ¿Cómo te llega este reconocimiento en un certamen internacional?

Con la investigación del mundo de la acuarela, llegó un momento en el que encontré un techo como autodidacta y empecé a estudiar en una escuela que se llama Tanta Tinta. La acuarela tiene muy poca promoción y muchas veces ha pasado a un segundo plano. No es lo que más prensa tiene, ya que cuando se habla de pintura se piensa en el óleo, el acrílico o la técnica mixta, la acuarela no está muy presente. Yo me inscribí en la escuela que dirige Vladimir Merchensky (N. de la R: un educador y exponente de la acuarela contemporánea de Buenos Aires) que me aportó muchos datos y conocimientos y en ese proceso encontré que existe la YWS (International Watercolor Society) y que Argentina también tiene su sede. Se cumplen diez años de su creación y están lanzando concursos a nivel mundial, muchos por internet. Yo vi que en Chile había uno que estaba bueno y era accesible, con temática libre y había que respetar técnica pura y exclusiva y me embalé. Presenté dos obras inéditas e hice una especialmente para el concurso. Paso la instancia de preselección y fue mi primera experiencia en un concurso. Mi alegría es increíble y destaco que tengo un referente que es Jorge Swinnen, y sin conocerlo le mandé un mensaje por Instagram, le conté que tenía ganas de empezar a incursionar en la materia y me dio una mano re grande, nos reunimos, fue a mi casa, vio obras, empezó a sugerirme cosas. Es una casualidad de la vida y no sabía que se había presentado en el mismo concurso, y cuando me entero que pasé la instancia de preselección y que él también estaba, lo saludé y le dije que era fantástico. Para mí es un logro con 48 países y más de 600 obras participantes: quedar seleccionado ya es el premio para mí.